Kadriya
“El destino de dos mundos”
“ y así
quedó la princesa, en un reino nuevo y con su valeroso príncipe a su lado.
Por lo
mismo aquella princesa podía decir “ y vivieron felices por siempre”.
-¿qué haces? – pregunto aquel hombre de
mirada directa y felina
- nada, terminaba mi libro ¿quieres saber de
qué es? – dijo con su dulce voz
- no , no hace falta saber de dónde sacaste a aquel príncipe…
_______________________________________________________________________
Una
noche poco común cap 1
Era un
8 de agosto, pleno invierno, las calles nevadas decoraban con su toque blanquecino
el paisaje urbano de la ciudad, eran las
7 de la tarde y todos ya iban camino a sus trabajo, los vagones del tren
subterráneo iba plagado, escolares, oficinistas, etc. Pero habían excepciones,
en un instituto escolar, el más prestigioso de la ciudad se encontraba una mujer pelirroja su cabello ondulado caía
sobre sus hombros, sus ojos de un curioso color rojizo, estaba tras unos anteojos, atentos a lo que
aparecía en la pantalla de su notebook.
Se encontraba planificando sus clases en la sala de profesores de aquel
instituto, uno muy antiguo por lo demás, famoso por sus destacados alumnos y
talentosos profesores pero principalmente por las leyendas urbanas que nacían
de él.
Según las malas lenguas este instituto fue
construido en un sitio maldito, en donde se alzaba una torre que hicieron los
humanos para llegar al cielo y al infierno, haciendo de este un portal, uno que
nunca se ah cerrado. Y otras historias se hacían presentes. Historias que esta
mujer conocía muy bien, era profesora de mitología e historia, de pequeña le
atrajo las leyendas y la historia de la humanidad, en estos momentos estaba haciendo estudios sobre demonología.
Tema que últimamente le atraía como abeja a la miel.
-Vaya, es tarde de nuevo que quedé más de la
cuenta- Dijo levantándose del escritorio y arreglando sus cosas. Su nombre era
Sin Izako , que a sus 25 años era una
profesora bastante respetada en el instituto y muy famosa por sus
investigaciones arqueológicas y libros de novelas históricas, impartía clases
hace tres años, y desde ahí no ah parado, su única meta es solo ser mejor cada
día y poder de algún modo dejar huella de su existencia.
Caminaba por los oscuros pasillos, en donde
se colaba la pálida luz de la luna, el sonido de sus tacones hacían eco en la absoluta
soledad del instituto Fukusawa. Aquella mujer se detuvo en frente de un
ventanal , se acercó y apoyó su frente para sentir el frio del vidrio. La noche
parecía tranquila y la ciudad seguía su curso, si saber que pasaría mañana.
Estaba relajada , incluso el frio no le
incomodaba, pero un ruido la distrago. Un ruido similar a agua correr, como si se tratara de un canal que hubiera dentro. no le importó las leyendas o mitos , entró mientras corría despacio la puerta, su boca seca y sus manos temblorosas hacían evidencia total del nerviosismo que pasaba en el momento, sus ojos rojizos se pasearon por la sala a oscuras , fría y sin vida encontrándose con nada, absolutamente nada, desilusionada se volvió a la salida a paso lento y con una leve sonrisa en sus labios que estaban coronados con lunares coquetos, sus tacones volvían hacer una ruidosa presencia en el silencio tranquilo del instituto, cargando su pesado bolso salió por el gran pasillo de los espejos , se volteó hacia tras para ver algo, siempre vez que salia de aquel lugar sentía que algo o alguien le seguía, ya era rutina, mañana sería otro día de clases y libros.
Su vida no era de las maravillosas, de amigos poco conoce la mayoría fue desapareciendo con el tiempo como unas lindas luciérnagas que fueron luz en momentos difíciles, pero cuando día llegaba, esas mismas se perdían por los bosques , esas amistades u oportunidades, marcaron muchas cosas a a joven profesora ; con el tiempo fue quedando sola , sumida en sus libros y estudios , que a momento habían sido la compañía mas fiel y leal que ah tenido, de amor ni hablar, solo desilusiones, traiciones y amores no correspondidos, todas estas cosas han hecho que la muchacha haya endurecido su corazón.
Caminaba sin sentido por las calles, no quería volver a ese solitario departamento, dobló en una esquina para ir por la cena , un par de potes de ramen y helado de chocolate pero ahí conoció a un chico
no cuaquier chico, si no uno especial... bastante especial